Desde mediados de la década del 90 se instalaron en la fraseología popular conceptos como “Salta nos pasó por encima”; “Tucumán ya no es la capital del norte”; “Tucumán dejó de liderar las economías regionales”, entre otros desánimos similares.

Diagnósticos que fueron surgiendo en base a simples observaciones de campo: paralización de las inversiones, fuerte deterioro de la infraestructura (estado de las rutas, insuficiencia de servicios de electricidad, agua y cloacas, etc), récords de contaminación, estancamiento del turismo comparado con provincias vecinas, decadencia del transporte público, aumento desmesurado del gasto y del empleo estatal, falta de transparencia, nepotismo, clientelismo electoral desvergonzado, y demás variables de sencilla constatación.

Ahora, ¿qué pasaría si a estas impresiones callejeras del ciudadano con mirada atenta las pudiéramos constatar con datos reales, medidos e irrefutables?

Es lo que hizo la consultora tucumana Arquímedes Carrizo y Asociados, con más de tres décadas de experiencia en analizar la evolución socioeconómica de la provincia, la región y el país.

Su último Reporte Económico y Social de Tucumán y el NOA, de 58 páginas y 48 gráficos y tablas, se publicó hace unos meses, en diciembre de 2023. Un informe de manufactura y diseño propio, basado en más de 20 fuentes oficiales y privadas: Indec, AFIP, BCRA, Aduana, Cepal, Anses, Sistema Integrado Previsional Argentino, ministerios de Trabajo y de Economía de la Nación, secretarías de Energía y de Agricultura de la Nación, Ministerio de Economía de Tucumán, Dirección General de Rentas de la Provincia, Dirección de Estadísticas Provincial, consultoras privadas, medios económicos y universidades, fueron algunos de los proveedores de información y de mediciones comparadas.

Sin embargo, en varios pasajes del informe se resalta la imposibilidad de obtener algunos datos porque la Provincia los oculta.

De primera a última

Los datos son abrumadores, en cantidad y contundencia, pero hay uno en particular que desmiente la repetida muletilla “Salta nos pasó por encima”, porque la verdad es que Tucumán fue superado en casi todas las variables por Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja. No sólo por Salta.

En 1953, la región NOA representaba el 6% del Producto Bruto Geográfico en el PBI de Argentina. Y se distribuía de la siguiente manera: Tucumán (2,5%); Salta (1,1%); Santiago (1%); Jujuy (0,8%); Catamarca (0,3%); y La Rioja (0,3%).

Tucumán experimentó un leve retroceso en este liderazgo -sin llegar a cederlo- durante la década del 60 y en coincidencia con el dramático cierre de 11 ingenios que impuso el dictador Juan Carlos Onganía, aunque rápidamente lograría recuperarse para alcanzar su máxima participación del producto regional en 1980, con el 2,66%, sobre un total del 6,6% que ya tenía el NOA.

A partir de la década del 80, desde el retorno de la democracia, la evolución del producto fue absolutamente inversa entre Tucumán y el NOA. Mientras que el porcentaje de la región no dejó de crecer dentro de su participación en el PBI nacional, la provincia fue perdiendo su centralidad año tras año, con insignificantes altibajos.

En 2023 la región del NOA totalizó el 8,7% del PBI nacional, mientras que Tucumán, dentro de la región, cayó al 1,8%, detrás de Salta (2,3%) y casi empatada con Santiago y Jujuy, con la salvedad de que las curvas de estas dos últimas van hacia arriba y la de Tucumán hacia abajo o, en el mejor de los casos, se mantiene, de modo que en un pocos años se ubicará en cuarto lugar, sólo por encima de Catamarca y de La Rioja en influencia regional.

Desde la década del 50 todas las provincias del área aumentaron su gravitación en el concierto nacional, de allí que se pasó del 6% al 8,7 actual, salvo Tucumán que desde los 80 no deja de caer.

Esto se refleja en la caída del 30,8 % en su participación del Producto Bruto del NOA entre 1980 y 2023. Su Producto Bruto Per Cápita se ubica en el último lugar de las provincias argentinas desde 2004, mientras encabeza el nivel de presión fiscal en el ranking argentino.

Más gente, menos riqueza

La población de Tucumán es el 3,73 % del total de Argentina, pero el Producto Bruto Geográfico tucumano participa hoy sólo del 1,86 % del PBG del país, mientras que la población aumentó un 15% en la última década.

Este empobrecimiento hizo que el Producto Bruto Per Cápita de Tucumán (por habitante), sea sólo el 24% del que ostentan los distritos con ingresos más altos, como CABA, Buenos Aires, el centro del país y la Patagonia, y del 48% del ingreso promedio nacional.

Estos porcentajes per cápita son similares a los que se tenía en 2007, lo que significa un retroceso hasta 2023 de 15 años, puntualiza la consultora Arquímedes Carrizo y Asociados.

Una de las pocas tasas positivas que exhibe la provincia es que el desempleo cayó del 7% al 6% entre 2018 y 2023, pero el informe aclara que esto se debe al crecimiento exponencial de planes sociales, que curiosamente la Encuesta Permanente de Hogares mide como “empleos”.

Si se analizan otros indicadores sobre trabajo se verá que en Tucumán no bajó la desocupación, sino que aumentaron los planes y los empleados estatales. El empleo informal -trabajo en negro-, hoy en el Gran Tucumán es del 57% y el promedio nacional, del 35%.

Tucumán exhibe la presión fiscal más alta del país, que pasó del 3,5% en 2002 al 6,8% en 2023. En el mismo período la recaudación impositiva se incrementó el 207% en moneda constante, es decir al margen de fluctuaciones como la inflación y otras, cuando el PGB sólo creció el 73%. En esas dos décadas, las transferencias de la Nación a la provincia también aumentaron el 158%.

Más recaudación y más transferencias nacionales… pero todos los índices fueron en picada.

Ocultamiento y conclusión

“Es prácticamente imposible tener cifras de empleo veraces del empleo de la administración provincial, porque el gobierno no las proporciona”, indica el reporte.

En el tercer trimestre de 2023 había en la provincia 159.000 empleados públicos, un 6% más que en 2022.

Mientras la economía local creció el 3,95 % en la última década, el empleo público lo hizo el 53,16 %.

“Los salarios de los empleados públicos son mayores a los del sector privado, sin contar que las estadísticas no incluyen los conceptos no remunerativos y regímenes que no están reflejados en las estadísticas de la AFIP-SIPA. Los salarios de los agentes públicos tienen además otra asimetría a destacar con los del sector privado, como la estabilidad en el cargo y los generosos regímenes de licencias”, se advierte.

Entre el tercer trimestre de 2019 y el mismo período de 2023 el empleo público estatal de Tucumán (nacional, provincial y municipal) incorporó 25.770 nuevos agentes (fuente AFIP-SIPA), mientras el sector privado, después de perder miles de puestos de trabajo durante la pandemia, no pueden aún recuperar los niveles pre pandemia.

El sector privado en 2005 ocupaba a 116.000 personas, y en 2023 a 174.000.

El empleo estatal, provincial, municipal y nacional, pasó en el mismo período de 78.000 a 160.000.

En 2010 había 13.700 empresas privadas en la provincia, locales y no locales, y en 2023 cayó a 12.300: 1.400 firmas menos en 13 años.

“El comportamiento de algunos indicadores de consumos en industrias, comercio y residenciales nos confirman esta tendencia declinante de la economía y del nivel de vida de los tucumanos en los últimos 13 años. En 2023 la mayoría de los indicadores son inferiores a los valores alcanzados en la década anterior, con el agravante de que en ese período la población local aumentó más de un 15 %”, precisa la consultora. Aunque el declive, como ya se documentó, comenzó de forma incipiente en los 80.

Muchos de los 48 gráficos del reporte documentan que la mayoría de los peores indicadores se profundizaron durante los últimos ocho años (2015-2023), por lo que estadísticamente los dos gobiernos de Juan Manzur fueron los peores de la provincia en 40 años, incluso superando la catástrofe de Julio Miranda (1999-2003), con niños fallecidos por desnutrición, en medio de una de las crisis económicas nacionales más graves de que se tengan memoria.

De este modo se puede confirmar que sostener que “Salta nos pasó por arriba” es una verdad a medias, porque en realidad el país entero pasó por arriba a Tucumán, con una clase política cada vez más enriquecida y enquistada, comandando este naufragio.